AUGUSTO FRIN
Nació en la ciudad de Paraná, el 15 de noviembre de 1884. Si uno se para en cualquier esquina del barrio y menciona a Augusto Frin, con seguridad habrá alguien que lo haya conocido, o que haya oído hablar de él a través de sus padres o abuelos. Fue un verdadero personaje y benefactor de Villa Domínico, que unió actitudes y habilidades extraordinarias.
Augusto Frin fue un hombre extraordinario, y estuvo siempre rodeado de un halo de magia y de misterio. Nació en 1884 y pasó toda su juventud conviviendo con los indígenas del Gran Chaco. Allí aprendió los secretos de la medicina natural, basada en la utilización de yuyos y plantas autóctonas, que luego aplicó al crear el famoso Laboratorio de Yerbas Medicinales Frin, siendo reconocido como “el primer fitotécnico Honoris Causa” por el Gobierno Nacional.
Pero la verdadera fama de Augusto, que se extendió a todo el país, se debió a su maravillosa capacidad parapsicológica para diagnosticar enfermedades a partir del nombre y apellido del enfermo. Miles de personas lo visitaron en su casa de Villa Domínico, entre 1907 y 1971, buscando lo que la medicina oficial no les daba. Y hasta científicos de renombre pudieron certificar la autenticidad de sus videncias.
Poco se ha escrito sobre él. Aquí se incluyen fragmentos de la única biografía conocida, junto con fotos y documentos conseguidos por el mismo autor del texto.
Quienes tengan otras referencias (documentos, textos, audios, videos, testimonios personales, fotos, recortes) pueden enviarlas para ser publicadas luego de certificar su autenticidad.