CARTA DE LECTORES EN LA NACIÓN 11-2-2001
Señor Director:
"Siguiendo las varias cartas sobre el doctor Alexis Carrel y su esposa, que se han publicado recientemente en La Nación, me pareció oportuno aportar la siguiente anécdota que se refieren a la señora de Carrel cuando vivía en la Argentina.
"Entre 1956 y 1963 vivíamos mi esposo y yo en Alta Gracia, Córdoba. Amigos nuestros tenían una casa de veraneo cerca de La Cumbrecita, un pueblo pintoresco en las sierras. Me contaron ellos que allí vivía madame Carrel, viuda, anciana activa y muy respetada, que había sido médica, como su esposo.
"La Cumbrecita contaba con un solo médico residente, un suizo, a quien madame Carrel ayudaba en casos de necesidad. Como el doctor no disponía de aparatos de rayos X, llamaba a madame Carrel, quien tenía el don de concentrarse, entrar en trance dándose algunas palmadas en la espalda y "ver" las anomalías que hubiera en el cuerpo humano.
"Ocurrió que un peón de campo fue a ver al doctor, quejándose de fuertes dolores de cabeza. Al examinarlo, sin encontrar causa aparente, el médico llamó a madame Carrel. Ella entró en trance y, luego de examinar todo el cuerpo del joven, le preguntó si alguna vez había tenido una caída y se había golpeado la cabeza. El muchacho recordó que años antes se había caído del caballo y había tenido un fuerte golpe en la cabeza. El doctor lo envió a Córdoba, donde lo examinaron. Efectivamente tenía un tumor, que le fue extirpado."
Alicia Tarak de Ezegelyan
DNI 12.454.771