Irma Maggi (1882-1972): una psíquica argentina de excepción. Jorge Villanueva – 1992
IRMA MAGGI (1882-1972): UNA PSÍQUICA ARGENTINA DE EXCEPCIÓN
Jorge Villanueva
Abstract: Irma Maggi, an important argentinian psychic was born in Italy in 1882, and at a very early age began to show her ability. In 1922 she met the Italian physician Dr. Ferdinando Cazzamalli with whom she carried out numerous ESP experiments. Two famous psychical researchers, Italian Enrico Morselli and French Eugene Osty wrote about her. In the popular literature and the psychical research specialized literature these reports were published. Irma Maggi arrived to Argentina in 1927 and in spite of much criticism, anyway she created the "Sociedad Psikesophia" (Psychesophy Society). She wrote two books: Meditación, Silencio y Luz [Meditation, Silence, and Light] in 1964, and in 1972 an apendix-book was published, the same year of her death. This article is a remembrance of her life and her notable capacity as psychic.
Los denominados mediums, dotados o psíquicos constituyen sin duda, el elemento indispensable en toda experimentación relacionada a la fenomenología paranormal. Desde el inicio de la experimentación metapsiquista hasta nuestros días, estos sujetos han sido estudiados intensamente por parte de calificados científicos e investigadores del área parapsicológica: Eusapia Palladino, Leonore Piper, Willy y Rudy Schneider, Pascal Forthuny, entre otros, fueron minuciosamente examinados durante los experimentos llevados a cabo por científicos de la talla de F.W.H. Myers, Eugene Osty, Gustave Geley, y Charles Richet, por citar algunos de los cuales comprobaron las extraordinarias dotes de estos sensitivos, y aún más cercanos en el tiempo, psíquicos como Ingo Swann o Gerard Croiset, quienes estuvieron bajo la atenta observación de la doctora Gertrude Schmeidler y el doctor W.H.C.Tenhaeff, respectivamente. Sería extensa la lista de nombres, tanto de psíquicos como de investigadores en cuanto a este tema ya que tales estudios son parte esencial en la historia de la experimentación parapsicológica.
En la Argentina, existieron dotados con notables capacidades extrasensoriales, (p.e. Osvaldo Fidanza, María Amanda Ravagnan, Ronald Warburton, Ricardo Marchessini y Federico Poletti) son sólo algunos de los nombres que exhibieron tales aptitudes. La mayoría de ellos fueron fiscalizados científicamente por brillantes investigadores, entre ellos, José S. Fernández, J.Ricardo Musso, y Eduardo del Ponte (Parra, 1990).
Una de las figuras más recordada es Irma Maggi. Nacida en Italia en 1882, desde muy joven puso de manifiesto su sensibilidad paranormal, manifestando fenómenos de ESP. Durante su niñez, la muerte de su madre le provocó un trastorno emocional, siendo tal vez este hecho, el detonante de sus capacidades extrasensoriales, como ocurre con cierto número de psíquicos. En su país natal, en 1922 conoció al psiquiatra y Director del Hospicio de la Ciudad de Como, Profesor Ferdinando Cazzamalli.
Irma Maggi se acercó a la ciencia buscando desarrollar sus facultades latentes. Según sus palabras: "... fueron esos tiempos de estudio, de pruebas, de experimentación". Respecto a esos trabajos, transcribía el Dr. Efróm en el diario Le Matin de Paris, declaraciones del Profesor ruso Lasareff, quien había presentado en 1923 una Memoria a la Academia de Ciencias de su país con el objeto de demostrar que el cerebro humano emite radiaciones:
"Utilizando una Cabina de Faraday perfeccionada, el doctor Cazzamalli se servía para sus experimentos de sujetos hipnotizables y particularmente de una italiana, la señorita Irma Maggi, celebrada por sus asombrosas facultades de clarividencia (Maggi, 1964, p.65)."
Acerca de este mismo hecho, expresó el Profesor Cazzamalli:
"Merece particular mención la médium sensitivo que de muy buen grado y con total desinterés se prestó en gran parte a mis experimentos. Se trata de Irma Maggi, sensitiva de singular potencia, es decir, dotada de criptestesia pragmática y clarividente, o sea, telepsiquismo espontáneo y provocado (experimental) sin estímulo de objetos o personas".
Irma Maggi fue invitada a dar cuenta de sus estudios a pedido del neurólogo y psiquiatra italiano Enrico Morselli en los Cuadernos de Psiquiatría por él dirigidos. Otros importantes investigadores como el Profesor Cayetano Boschi, el Director del Instituto Metapsíquico Internacional de Paris doctor Eugene Osty y el profesor de psicología de la Universidad de Roma S. de Santis, la estimularon a seguir sus estudios.
Diversos medios de difusión de aquel entonces hicieron eco de las aptitudes de esta psíquica. Uno de estos medios: L'Arengo, de marzo de 1924, trascribe en los siguientes términos una psicometría llevada a cabo por Irma Maggi:
"Una mujer dio a la psicómetra un sobre cerrado con una fotografía dentro, y ella escribió: "La persona retratada ha heredado de sus antepasados grandes cualidades, pero aquellos habían terminado su ciclo de gloria en una derrota militar. La fotografía tiene un no sé que de imperial... Ei fu (El fue), quien puede referirse a Napoleón, sea el primero o el tercero".
La fotografía representaba efectivamente a Napoleón III, y alude a la conocida poesía de Manzoni "Il 5 Maggio", que se refiere a Napoleón I, y que empieza con la cuarteta: "Ei fu. Sicone inmobile/ dato il mortal sospiro/ sttete la spoglia inmemore/ orba di tanto spirito" (Maggi, 1964).
Irma Maggi arriba a Argentina en 1927, y debido a su renombre, que ya había trascendido el continente europeo, no tarda en conectarse con los investigadores psíquicos, formándose una sociedad, la cual llevó el nombre de "Sociedad Psikesophia". Fue asimismo invitada por las más conocidas familias de nuestro país, y en esas reuniones demostraba su capacidad ESP.
Hacia la misma época, Irma Maggi agrupó a diversas personas con el propósito de realizar numerosas experiencias: combinaba con integrantes de ese grupo el día y la hora en que se llevaría a cabo tal experiencia. La sensitiva se concentraba y actuando como agente enviaba preguntas a aquellos, los cuales actuando como percipientes debían contestar por escrito lo que habían captado del mensaje emitido. Estas pruebas se realizaron con sujetos que se encontraban en ciudades distantes de Buenos Aires, tales como Córdoba, Rosario, y otros alejados puntos del país. Los resultados de estos experimentos fueron altamente significativos, pues la totalidad de las respuestas recibidas, demostraron que, de una forma u otra, los percipientes habían captado la esencia del mensaje.
Irma Maggi, experimentó en carne propia la oposición y el escepticismo de ciertos sectores de la sociedad. A raíz de ello declaró:
"La gente, el público que no sabe, que no quiere saber, y que quiere anular las cosas que no puede comprender, viene a nosotros para que le hagamos ver el milagro, y esperan en la parte infantil de su inteligencia, encontrar la nulidad de nuestros estudios para poder proclamar absurdos todos nuestros esfuerzos, porque para ellos, en su mezquino entendimiento, estos son fenómenos llamativos y por ello echan sobre nosotros la censura y a veces el ridículo. No pueden convencerse, porque en ellos mismos no hay la preparación necesaria para comprender o por lo menos la humildad para admitir que fuera de la lógica está la intuición o la maravillosa evolución del alma"
A pesar de las objeciones y las críticas, Irma Maggi siguió prestando su aporte en todo experimento que fuera requerida en su carácter de psíquica. En las Memorias de dichas experiencias (Psikesophia, 1929-1935), extraemos lo siguiente:
"Vida tronchada, vida que tuvo gratos momentos de celebridad, aún se diría de gloria; pero luego se produjo en esa vida como una oscuridad, como si todo se cerrara a su alrededor, porque el divino ritmo sonoro que era su gloria y su placer no pudo ya penetrar en su alma, endulzándola. Algo de trágico y de tremendo, y que se despedazó en el vertiginoso correr de un vehículo de hierro; sangre, dolor, muerte. Un carácter y una línea magnífica de altruismo, de bondad y belleza. Adoró el arte, que la besó en la frente, pero luego imperó dentro de su corazón la amargura, el sueño se disipó y al final el horrendo desastre que tronchó su vida, malogrando todo lo que había de bueno y de bello en ella. Los ojos, que habían llorado tanto, se cerraron en el horror de la muerte, para abrirse una esfera de luz para su alma, para su atribulado corazón, que tanto sufrió".
Esta perla formaba parte de un collar que llevaba puesto al ser arrollada por un tren, en la estación ferroviaria de Belgrano (Buenos Aires), una eximia pianista. Vivió en efecto para su arte y todas sus amarguras y tristezas provenían de que en los últimos años que precedieron a su trágica muerte, había ido perdiendo el sentido auditivo y esa sordera progresiva la sumía en una gran angustia. De ahí el acierto de Irma Maggi al decir: "... una oscuridad se hizo dentro de ella porque el ritmo sonoro que era su gloria no podía seguir llegando a su alma endulzándola".
La revista Constancia órgano de difusión de la sociedad espírita del mismo nombre, publicó un artículo acerca de Irma Maggi que decía: "Una médium, vidente de excelentes cualidades sensitivas, que presenció varias veces los experimentos hechos con la Señorita Maggi, nos ha revelado que veía formarse, durante la realización de esos experimentos, sobre la cabeza de la vidente, a una altura de diez centímetros y perpendicularmente, un largo tubo fluídico -algo así como un telescopio- surcado longitudinalmente por una cantidad incalculable de hilos luminosos (¿Sería la conexión de las radiaciones por ultrafrecuencia que aparecen sin solución de continuidad como si fueran hilos reunidos, pero distintos colores predominando el dorado?)."
Es interesante recordar aquí, lo expresado por Irma Maggi, de como ella se encontraba respecto al estado psicofísico en momentos de producir los fenómenos ESP:
"¿Cómo capto las vibraciones del objeto para cristalizarlas en una criptestesia? Tengo que ponerme en un estado espiritual de meditación, sentir el ritmo de una poesía que me exalta y me concentra profundamente sobre el objeto o el escrito que tengo que escudriñar. En cuanto siento el ritmo que golpea en todas mis venas, escucho; es como si me desdoblara. Siento fluir de la mano al brazo y de éste al cerebro una pequeña vibración eléctrica, entonces me pongo a escuchar firme, segura, con la respiración cerrada y toda la tensión nerviosa dedicada a ese fin y sucede el milagro. Como telegramas urgentes llegan las sensaciones, las respuestas, los hechos con tanta celeridad que la mano debe escribir febrilmente. Si algunas veces se me escapa una frase doy vuelta la cabeza y escucho del lado izquierdo. ¿Por qué del lado izquierdo? No lo sé. Entonces se me repite la frase. Si mientras escribo se me escapa una palabra, dejo un pequeño espacio en blanco, y después de un resplandor, como una luz, llega la palabra que faltaba y la escribo en el espacio dejado. Es como si yo fuera dos personas: una que dicta y otra que escribe, la primera es la que imperiosamente -aceleradamente- capta las imágenes, las junta, las divide, les da forma y las dicta. Pero debo estar tranquila, la gente que esta cerca mío no debe ser contraria (porque siente de un modo tremendo el pensamiento hostil, incrédulo, burlón o malvado de las personas que no quisieran que la inspiración y el experimento tenga buen éxito). Si son entusiastas, mejor todavía, los siento conmigo, en el deseo de indagar, de saber, de escrutar, y entonces todo sale bien, porque no me fatiga, y las palabras llegan con fluidez. Los hechos, los consejos maravillosos, lo verdadero, afluyen fácilmente desde lo desconocido a mi cerebro, que transmite con suma facilidad a mi mano y esta a su vez escribe aceleradamente (Maggi, 1964)".
En 1932, Irma Maggi viaja a Brasil, país en el que permanece varios años. En un artículo aparecido en el diario Correo Da Noite de Río de Janeiro, es presentada como "La Sacerdotisa Italiana" debido a sus sorprendentes vaticinios y a sus notables aciertos como psicómetra. Ya de regreso a Argentina, en 1953, y a la edad de 71 años, busca un medio de expresión que le permita salir de un momento de gran abatimiento, dedicándose a la pintura, llegando a exponer algunos de sus cuadros en la prestigiosa Galería de arte pictórico Witcomb. Uno de los más importantes pintores argentinos, Benito Quinquela Martín, elogió su labor artística, diciendo: "Usted ha encontrado lo que nadie hasta ahora, ha dado forma al color".
Después de 35 años de alejamiento, vuelve a Italia, donde la TV italiana presenta en sus pantallas algunos experimentos realizados por esta sensitiva. De vuelta en Argentina, continua vinculada con los parapsicólogos argentinos. Irma Maggi fue también poetisa y escritora, demostrando una personalidad de exquisita sensibilidad y depurado estilo.
Esta notable psíquica -un poco argentina, un poco italiana- desaparece en Buenos Aires en 1972, a la edad de 90 años. Este artículo, además de un homenaje a su persona lleva el propósito de hacer conocer a una figura que fue, sin duda, un aporte valioso a la entonces naciente experimentación parapsicológica en nuestro país, tanto por su vocación, como por su singular capacidad extrasensorial.
REFERENCIAS
CAZZAMALLI, Ferdinando (1935). Phenomenes electromagnetiques rayonnant du cerveau. Revue Metapsychique 16 (6), pp.417-446.
MAGGI, Irma (1964). Meditación, Silencio y Luz. Edición del autor: Buenos Aires.
MAGGI, Irma (1972). Meditación, Silencio y Luz (Apéndice). Edición del autor: Buenos Aires.
OSTY, Eugene (n/d [circa 1928]). Una facultad de conocimiento supranormal: Pascal Forthuny. Aguilar: Merlo.
PARRA, Alejandro (1990). Historia de la parapsicología en la Argentina. Edición del autor: Buenos Aires.
PSIKESOPHIA (1929-1935). Memoria de Actividades del Círculo de Estudios Filosóficos "Psikesophia". Edición de la Sociedad Psikesophia: Buenos Aires.